El Ayuntamiento gastará 11.000 euros en cambiar los bolardos de la Calle del Campo

Después de innumerables accidentes y protestas, ‘las trampas para peatones’ no se cambiarán “sin coste” como aseguró Tania Andicoberry.

Once mil euros nos va costar a los vecinos y vecinas de Almansa cambiar los bolardos de las calles Federico García Lorca y San Luis que se instalaron en el contexto de la reurbanización del entorno de la Calle del Campo.

“No va a ser una operación sin coste alguno como aseguró la concejala de Urbanismo, Tania Andicoberry. Ha sido la obstinación de este Equipo de Gobierno y de la concejala Andicoberry la que nos ha llevado a la instalación de estos elementos tan peligrosos, a pesar de las denuncias del PSOE y ahora a desembolsar 11.000 euros que añadir a la ya costosa obra terminada en diciembre” explicaba en rueda de prensa la concejala socialista Clara López.

Hay que recordar que ya en Noviembre desde el PSOE pedimos que no se instalaran, antes incluso de que se pusieran, “cuando lo pedimos la calle del cine estaba terminada sin bolardos, y tuvieron que levantar el pavimento que acababan de poner para instalar estas “trampas de peatones” como se denominaron en algunos de los sitios donde se han instalado”.

 Pero esa obstinación de la concejala quedó claramente en evidencia cuando empezó a caer gente, jóvenes, adultos y personas mayores y cuando empezaron a publicarlo en redes, también cuando las primeras personas acudieron a los centros sanitarios a causa de estas caídas. Los vecinos de estas calles son testigos de estas caídas casi diarias que se siguen produciendo.

Y hace unas semanas vimos una protesta en forma de pegatinas que advertían a los vecinos de la peligrosidad de estos resaltos de piedra en el suelo.

“Hubiera sido más sencillo y más barato hacernos caso y no instalar estos bolardos. Nos hubiéramos gastado menos dinero, y sobre todo hubiéramos ahorrado molestias y daños personales a decenas de vecinos que han pasado por el trance de verse en el suelo o trastabillados a causa de estos bolardos”, apuntaba López.

“Sabemos lo que nos va a decir Tania -agumentaba el concejal Pablo Sánchez- que esos 11.000 euros es solo el precio de los nuevos bolardos y que la empresa no va a cobrar nada por retirar los antiguos y colocar los nuevos. Pero ella sabe que eso no es verdad porque la contratista está cobrando cada bolardo al doble de su valor de mercado (160 euros) cuando en una simple búsqueda por Internet puede verse que su valor de mercado es por poco más de 80 euros por unidad.  Es decir que sí pagamos por quitar los antiguos y por poner los nuevos. Naturalmente. Podemos apuntarlo a la lista de gestiones bien hechas por la concejala”.

Probablemente, insistían, no será el último elemento que tengan que retirar en esta obra finalmente tan controvertida. Tuvieron que retirar la mayoría de las señales de tráfico que habían colocado en la mitad de la acera para terminar colocándolas pegadas a la pared donde no estorban. 

Pero este equipo de ‘mejoras urbanas’ sigue empeñado en poner cosas en medio para que la gente nos golpeemos con ellas. Han colocado un montón de papeleras en mitad de la acera, algunas con evidente peligro: como la que han puesto enfrente de la Capillica del Rosario, donde alguien se va a dejar la cadera en la próxima Rifa de Corderos, si un vehículo no se la lleva antes. 

Cosa que le puede pasar a la primera farola de la calle del cine, que impide el giro a los vehículos y contra la que va a colisionar alguno de ellos. 

Eso ocurre porque porque no han respetado el diseño original y ese tramo del cine se pensó para ser peatonal, con lo que no necesitaba ningún bolardo tampoco.

Tampoco hubieran necesitado bolardos si hubieran colocado árboles en el tramo del Duque de Alba, como proponía le idea ganadora del concurso que se hizo para adjudicar el proyecto.

“En fín un ejemplo de buena gestión, insistía Sánchez;  Mala planificación: se cambia el proyecto sobre la marcha. No oyen las advertencias que les hicimos desde el PSOE, ni atienden a las experiencias de otras ciudades. Se empeñan en el error, y como consecuencia se producen un montón de accidentes y protestas y finalmente van a tener que desembolsar 11.000 euros para una solución que sigue sin ser la mejor y que veremos si es la definitiva”.